El arte de trabajar con objetos, de encontrarles nuevos usos atrae a los niños. A menudo son ellos los que, al contemplar mis obras, nombran espontáneamente los objetos en ellas contenidos y se alegraban furtivamente de reconocerlos. Aquí una escoba como peinado allá un bolso de paja como cara. La fantasía de los niños ya no conoce límites cuando se despierta en ellos este modo de ver los objetos. Exactamente de esa fantasía se trataba cuando me invitaron del colegio de educación primaria Neuperlach de Múnich a organizar una mañana artística con 40 niños de 9 y 10 años.
Para el desarrollo de la actividad organicí 4 grupos y cada uno crearía una obra. Dispuse 4 planchas de madera y suficiente número de objetos variados como escobas, coladores, morteros, flores de papel, moldes de cocina, etc. para crear obras de arte.
Tras una breve introducción a mi estilo artístico al que los niños ya se habían preparado anteriormente, estudiamos juntos los objetos y e hicimos una primera aproximación sobre quí íbamos a usar. A continuación los niños se afanaron en fijar los objetos a la madera con tornillos o mediante alambres finos que pasaban a travís de agujeros en las planchas. Durante la última hora los niños pintaron sus obras y al final de esta artística mañana, le regalí a cada uno un catálogo firmado de mis obras.